Uno de los lugares casi secretos de la Ciudad de México de relativo difícil acceso, no porque este prohibido el paso, sino porque quien camina sobre la avenida Mariano Escobedo no se atreve a cruzar hasta éste punto, uno, porque le da pena, dos, porque no tiene tiempo o tres, simplemente porque no le interesa.
De cualquier forma vale la pena detenerse un momento para contemplar por unos segundos esa maravilla de fuente, la Fuente de Movimiento Perpetuo del escultor y diseñador estadounidense-japonés Isamu Noguchi, al fondo la celosía de Mathias Goeritz marca el límite de aquel universo arquitectónico conocido como el hotel Camino Real de Ricardo Legorreta, proyecto en donde también participó Luis Barragán.
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