La Torre Reforma Latino en lugar del Cine Latino

Siguiendo la relativamente nueva costumbre de construir un rascacielos sobre el espacio que ocupó algún cine del Paseo de la Reforma, hoy en día la Torre Reforma Latino usurpa el terreno que en un tiempo le perteneció al Cine Latino.

El Cine Latino fue inaugurado en abril de 1960, es decir que era uno de los cines más jóvenes de la ciudad, a pesar de que su construcción comenzó en 1942, pero quizás por su ubicación, también es uno de los más recordados por nuestro inconsciente colectivo, me refiero por supuesto a todo aquel que nos toco vivir un pedazo, pequeño o grande, del siglo XX.

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La Raza y varios más…

Desde este punto donde se alcanza a apreciar bien la Torre Insignia o Banobras, no hace mucho y si por mucho tiempo estuvo el Cine La Raza, una de aquellas grandes salas que existieron en nuestra ciudad, que como tantas otras para adaptarse a nuevos tiempos paso de Cinema a Multicinemas La Raza.

Por estos días ha desaparecido por completo de la faz de la Ciudad de México, exactamente como tantos otros, lastimando la nostalgia de aquellos que llegamos a ver una película en su interior, mientras tanto, nos vuelve el recuerdo de aquellos anuncios en la radio que nos invitaban al estreno del film del momento rematando con el legendario «Hollywood, La Raza y varios más».

Hoy La Raza y varios más no existen ya.

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Cine Savoy

El Cine Savoy es una de esas salas que carece de identidad propia debido a la ausencia de una fachada como cualquier otro cine, ya que al encontrarse hasta el fondo de un pasaje, el acceso a éste es bastante ordinario, sin embargo posee su parte de historia como cualquier establecimiento relativamente antiguo.

La concepción de este cine se le debe al Leonardo Zeevaert Wiechers, el mismo ingeniero que participó en la construcción de la Torre Latinoamericana, proyectó su primera película un 21 de octubre de 1943, a la fecha sigue funcionando salvándose de desaparecer como la gran mayoría de salas cinematográficas del siglo pasado en nuestra ciudad, aunque para ello tuvo que prostituirse por decirlo de alguna forma, pasando films tres equis.

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Cines agonizantes

Aún quedan cines que subsisten como verdaderos desahuciados, auténticos moribundos que sólo esperan que alguien les de el tiro de gracia para terminar con su agonía de una vez por todas, que existen sin existir, que más les valiera no seguir en pie porque hieren el recuerdo que tenemos de ellos y no le sirven para nada a nuestra nostalgia.

Tal es el caso del Cine Anzures, poco conocido y de aspecto irrelevante, donde sucede como con tantos otros, que por el simple hecho de haber visto alguna película en particular y acompañado de alguien especial representa algo importante en su momento de la vida de cada quien…

Todos los cines de nuestra ciudad han corrido con distintas suertes, algunos siguen cumpliendo con su función original de ser cines, Diana, Palacio Chino y varios más, otro por ahí es una sala de conciertos, el Metropolitan, unos cuantos fueron rescatados y sirven como centros culturales, Futurama, Bella Época y próximamente el Cosmos, otros que permanecen abandonados quisiéramos que se quedaran por siempre, el Opera, pero la gran mayoría han sido derrumbados y sobre sus escombros edificadas nuevas construcciones, Chapultepec, Latino, etcetera, etcetera, seguramente este será el mismo fin tarde o temprano del Cine Anzures, no se perderá gran cosa al final de cuentas, respecto a los buenos recuerdos, eso corresponde a cada uno conservarlos para que no se pierdan.

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Ni casa de Disney, ni templo de San Juan Diego

Lo que un día fue el Cine Lindavista, inaugurado un 25 de Diciembre de 1942 en la avenida Montevideo esquina con Insurgentes Norte, no encuentra el día en que llegue a ser el llamado Santuario Nacional de San Juan Diego, a pesar de haber recibido la bendición del Papa Juan Pablo II al día siguiente de la canonización de Juan Diego Cuauhtlatoatzin en el 2002 durante su quinta y última visita a nuestro país; más de una década después sólo quedan vestigios de lo que fue y el proyecto de lo que pretende ser, mientras tanto permanece abandonado ya sin su legendario castillo de fantasía que fue derrumbado pero que permanece imborrable todavía en nuestras memorias.

Un dato curioso es que cuando el arquitecto norteamericano S. Charles Lee construyó este peculiar pero lujoso cine en su tiempo, lo hizo sobre el terreno que había pertenecido a un templo religioso, el Cine Lindavista no siempre fue la casa de Disney, al principio proyectaba películas que eran los éxitos del momento pero la magia de aquel hermoso castillo seguramente influyo para convertirlo en el cine más indicado para las cintas infantiles.

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Antónimo de cine

Lo que durante muchos años fue el Cine Cosmos, después de vivir tiempos de gran esplendor y majestuosidad, hoy sobrevive en la más profunda miseria y desamparo, cuentan que debido a un incendio fue inaugurado dos años después de lo planeado, en 1948, desde su interior fue testigo de una enorme cantidad de éxitos de taquilla y desde su exterior atestiguo los trágicos hechos acontecidos el 10 de junio de 1971, cuando se llevo a cabo el infame Halconazo.

Ahora, su fachada Art Decó parece como si hubiera desaparecido entre las signos del abandono tan visible y el insolente graffiti que no dice nada, tuvieron que colocar esa especie de barda para que ya no entraran indigentes y delincuentes, así se ve, desahuciado por decirlo de alguna manera, en etapa terminal…

Este es uno de esos casos en que el inmueble debería desaparecer lo más pronto posible, merece que todos tengamos un mejor recuerdo del Cine Cosmos.

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Cine Futurama vs. Centro Cultural Futurama

Parte de mi niñez vivida entre finales de los setentas y principios de los años ochenta en la San Pedro Zacatenco tiene como iconos un par de cines de aquella zona norte, uno era aquel castillo en el que al acomodarse en la butaca y apagarse las luces, sin saberlo, eramos transportados a distintas épocas de Disney, desde la festiva Los tres caballeros, hasta la traumatica Bambi, pasando por clásicos como Blancanieves y los siete enanitos, La dama y el vagabundo, Pinocho, Peter Pan y tantas otras, por supuesto me refiero al Cine Lindavista, el otro era el Cine Futurama, donde invertí muchas horas de mi infancia viendo películas como Vaselina, Furia de Titanes (aun recuerdo a los molestos individuos que estaban haciendo spoiler en los asientos de atrás), No Paren la Música, Flash Gordon, La Niebla, Juegos Diabólicos, Tron, horas que hoy son gratos recuerdos.

Pues bien, hace unos cuantos días caminando por la calle Montevideo, de pronto al llegar a la Avenida Instituto Politécnico nacional, me reencontré con el legendario Futurama, o al menos con el inmueble que pretende serlo cubierto de una especie de jaula de cristal, denominado desde diciembre del 2008 Centro Cultural Futurama, y aunque parece no quedar nada de aquel cine inaugurado un 15 de mayo de 1969, de hecho, el más grande de todos los cines de la ciudad, es imposible no adivinar en la linea roja que se eleva y luego da vuelta en la esquina, la forma original del antiguo Cine Futurama.

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La estela y un fantasma

Esta es una estela que desde hace ya varios años se encuentra en el Paseo de la Reforma, desde el 2006, fue elaborada en acero inoxidable y vidrio, su autor es Vicente Rojo y se le conoce como la Estela Pluvial.

Detrás de esta escultura se percibe el fantasma del legendario Cine Latino, justo donde presumían una supuesta Torre Latino que lo más probable es que jamás exista, donde entran y salen autos del estacionamiento publico en el que terminó siendo.

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Cine Orfeón

En sus buenos tiempos, uno de los más lujosos de la Ciudad de México, fue inaugurado el 29 de Junio de 1938 en Luis Moya # 40 en el Centro Histórico, hoy bajo la sombra del abandono su fachada de estilo Art Déco espera un segundo aire, otro más, porque al parecer lleva varios ya, incluido uno en los años noventa bajo la iniciativa de Ocesa, lo que importa es que está, permanece, y hasta eso en mucho mejores condiciones que otros cines que continuan con sus puertas cerradas.

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El Edificio París y la permanencia voluntaria

Construido en 1906, este edificio alojaba a la Compañía Bancaria de Fomento y Bienes Raíces de México S.A., también llamada Societé Financière du Mexique, en 1909 en la planta baja se abrió al público un salón cinematográfico que llevó el nombre de Cinematógrafo Cine-Club y sus actividades duraron un par de años.

Cuenta la publicación Km.cero que tenia un patio, con servicio de café y refrescos, y un templete pegado al salón de proyecciones cuádruples, con dos pantallas y graderías que se elevaban en sentido inverso; para contar las películas, era común incluir frases y explicaciones en fondos negros (llamadas títulos), que ayudaban a comprender las historias. La proyección hacía que los títulos se vieran a veces al revés, por lo que se intercalaban para que ambos públicos pudieran enterarse de las tramas. En el templete se instalaba la Orquesta Típica, fundada en 1901 por el músico Miguel Lerdo de Tejada, que según la Sociedad de Autores y Compositores de México fue el primero en acompañar proyecciones cinematográficas con sus acordes.

El éxito del Cine-Club se debió a la manera de presentar el espectáculo en un espacio para ochocientos espectadores y en donde se reformó radicalmente el sistema de explotación, al establecerse la permanencia voluntaria en el cine mexicano. Por sólo treinta y cinco centavos, el visitante tenía oportunidad de ver películas, escuchar audiciones, conocer cantantes y pianistas; el local ofrecía un servicio de café y refrescos, pero no era obligatorio el consumo; las damas tenían un espacioso local en donde podían reunirse a conversar y arreglar su apariencia; también contaba con una sala de luto para familias en duelo que no querían ser vistas en sociedad.

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