Durante el segundo imperio en nuestro país y quizá como un gesto de agradecimiento por parte de Maximiliano de Habsburgo hacia Juan Nepomuseno Almonte (quien formó parte de la comisión que viajó a Europa para ofrecerle la corona y que además fue hijo del Siervo de la Nación José María Morelos y Pavón), en la antigua Plazuela de Guardiola el emperador inauguró ésta estatua de Morelos durante el año de 1865, a partir de ese momento se le conocería como la Plaza de Morelos, tal y como lo atestigua una litografía de Casimiro Castro en “México y sus alrededores, colección de vistas monumentales, paisajes y trajes del país” de 1869.
Finalmente ya reinstaurada la República, para 1871 la escultura fue retirada dentro de la remodelación que Vicente Escandón llevó acabo a la que en esa época se le conocería como la Casa de los Perros, y de paso se borraría de la historia de nuestro país un evento que encabezó Maximiliano de Habsburgo, así pues habría de ser reubicada en la nueva colonia Morelos en la década de los ochentas del siglo diecinueve, dónde ha pasado desapercibida por más de estos ciento y pico de años.
Hoy se le puede ver en la Avenida del Trabajo bastante deteriorada, con la espada rota, pasando completamente desapercibida, en apariencia nada digno de presumir, sin duda alguna uno de esos monumentos carentes de relevancia, a todas luces insignificante, pero nadie adivinaría que alguna vez tuvo su gran momento de gloria, su época de esplendor, en fin…