Oficialmente no existe Tepito, sin embargo existe y desde tiempos inmemoriales, a la sombra de la gran Tenochtitlan y luego durante el virreinato, sobreviviendo entre imperios y repúblicas, aún hoy subsiste gracias a la fayuca, al talento de sus pugilistas y no tanto a su fama de barrio bravo, aunque por ahí cuentan que los gendarmes de mediados del siglo pasado, ataviados con sus silbatos, se decían entre ellos: “si pasa algo, me pitas; si veo algo, te pito”, dando origen al nombre Tepito.
Por otro lado, otras versiones sugieren que deriva del vocablo teocali-tepiton (pequeño templo o montículo de piedras), ubicado en la actual Plaza de fray Bartolomé de las Casas y que los indígenas llamaban Teocultepiton, nombre que los españoles terminaron por deformar diciéndole, simplemente, Tepito; otra versión refiere que significa pequeño o poca cosa, y que proviene de tepiyotl (pequeñez) o tepitoyotl (cosa pequeña); cuentan también que afuera del mercado El Volador proliferó un mercadeo de objetos y herramientas usadas, al que se le llamaba El tepo, apócope de fierro, con el paso del tiempo el creciente mercadito del Tepo incomodaba al criollaje que se abastecía en El Volador, por lo cual fue trasladado a la plazuela de Tepito donde se estaba edificando la capilla a San Francisco el menor o Francisquito, ya que en la calle de Plateros, hoy Madero, se edificaba el templo a San Francisco el mayor, y que debido al acrecentado uso de los diminutivos entre el mestizaje, lo de tepo pasó a tepis, ligándose con el diminutivo de Francisquito, hasta quedar en Tepito.
Tepito, originalmente se llamó Mecamalinco o barrio de los mecapaleros, del tianquiztli de Tlatelolco, en 1521, siendo un modesto barrio menor perteneciente a Tlatelolco, se hizo célebre durante el Sitio de Tenochtitlan, ya que Cuauhtemoc se atrincheró durante los 93 días que resistió el embate español, desde entonces, a este lugar se la llamó Tequipeuhcan, cuya palabra compuesta se interpreta como Lugar donde comenzó el tequio obligado.
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