Uno de los eléctricos

Un pariente más del Metro, del Trolebús y del Tren Suburbano, de hecho, el más parecido a su ancestro, el legendario Tranvía, que se desvaneció de nuestra ciudad ya hace mucho tiempo.

El Tren Ligero que pertenece a la red del Servicio de Transportes Eléctricos del Distrito Federal y que opera desde agosto de 1986 en el Sur de la Ciudad de México a través de 18 estaciones, 16 de paso y 2 terminales, con una única línea en operación de 13,04 kilómetros y que va de Tasqueña a Xochimilco, pasando por el Estadio Azteca que en los primeros tres años fue terminal.

Por lo que es un recurso obligado para aquellos que pretenden llegar al Azteca sin ningún contratiempo, o para los que desean dar un paseo en trajinera por los canales de Xochimilco.

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Casa de Diego Pedraza, primer cirujano en la ciudad

Aquí estuvo la casa del maese Diego Pedraza, primer cirujano que hubo en la Nueva España en 1525, por supuesto no es la misma que este ilustre personaje habitó en su tiempo, pero es muy notorio que es otra joya de aquellas que cuenta mucha de la historia de esta ciudad, es claro que desde los balcones superiores se tiene la esplendida vista que veíamos en los primeros billetes de mil pesos de hace tres décadas, esos donde aparecía Sor Juana Inés de la Cruz y en el anverso la Plaza de Santo Domingo, asomarse por uno de esos balcones evocando esa imagen debe de ser una experiencia maravillosa.

Desafortunadamente, como se puede apreciar, este edificio a pesar de ser muy concurrido ha caído en un profundo abandono, entre imprentas en su interior, locales comerciales, puestos de comida, polvo, basura y grasa de todo lo que fríen a la intemperie, gente que viene y va o esta parada nada más preguntando si quiere algún trabajo de impresión o simplemente comiéndose un taco, este monumento a uno de los paisajes más entrañables de nuestro México va desapareciendo, haciéndose invisible, como si fuera parte de todo aquello que no queremos voltear a mirar, en fin.

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Camino a ninguna parte (en el Metro) de Los Estrambóticos

Una más del Metro un tanto menos conocida, pero igual bastaste obvia e imprescindible en este playlist, no menciona nombres de estaciones pero si hace referencia al acto de transbordar; del disco de 1997 Piel de Banqueta de Los Estrambóticos, esta es otra referencia de nuestro compañero anaranjado en esta ciudad.

Me viste salir de tu coladera
y corriste a tocar mi piel de banqueta
nunca supe como bajarte a ti una estrella
pues mi reino no pasa de la azotea
traigo en el bolsillo mi propio infierno
hoy voy a colgarlo en tu tendedero

Te fuiste a esconder a orillas del viento
y veniste a caer junto a mi agujero
no voy a aventarme desde este puente
me duermo y despierto con ganas de verte

Ojalá este metro no tuviera estaciones,
pues no quiero transbordar,
voy camino a ninguna parte, pero
tengo prisa de llegar

Ojalá este metro no tuviera estaciones,
pues no quiero transbordar,
voy camino a ninguna parte, pero
tengo prisa de llegar

Ojalá este metro no tuviera estaciones,
pues no quiero transbordar,
voy camino a ninguna parte, pero
tengo prisa de llegar

Ojalá este metro no tuviera estaciones,
pues no quiero transbordar,
voy camino a ninguna parte, pero
tengo prisa de llegar

Camino a ninguna parte
me voy resbalando
camino a ninguna parte
pero no me caigo
camino a ninguna parte
pero no me caigo
camino a ninguna parte

Ojalá este metro no tuviera estaciones,
pues no quiero transbordar,
voy camino a ninguna parte, pero
tengo prisa de llegar

Ojalá este metro no tuviera estaciones,
pues no quiero transbordar,
voy camino a ninguna parte, pero
tengo prisa de llegar

Ojalá este metro no tuviera estaciones,
pues no quiero transbordar,
voy camino a ninguna parte, pero
tengo prisa de llegar

Ojalá este metro no tuviera estaciones,
pues no quiero transbordar,
voy camino a ninguna parte, pero
tengo prisa de llegar

Ojalá este metro no tuviera estaciones,
pues no quiero transbordar,
voy camino a ninguna parte, pero
tengo prisa de llegar

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La Victoria en la Alameda

Otra mujer de la que poco o nada se sabe en nuestra Alameda, es la Victoria, una escultura femenina en bronce que en la mano derecha sostiene un plato y en la mano izquierda unas flores.

Y nuevamente se repiten las mismas preguntas: ¿quién es el autor?, ¿cuántos años lleva ahí?, ¿alguien sabe algo más allá de lo básico?

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La Primavera en la Alameda

Una mujer de la que poco se sabe, sólo que es la mismísima Primavera representada en nuestra Alameda Central, ¿quién es el autor?, ¿cuántos años lleva ahí?, ¿alguien sabe algo más allá de lo básico?

Sosteniendo un cántaro que parece verter agua, lo que no es más que el rastro del tiempo, ya que su fuente permanece completamente seca desde hace mucho ya, la Primavera en plena Primavera, espera su turno junto a todas las estatuas y sus fuentes así como jardines de la Alameda para ser embellecida, restaurada, esperando su momento de renovación, de hecho, todos esperamos ese momento, se lo merece.

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Árbol # 7 de la calle «Cualquiera»

Pareciera que ahora los pajarillos pueden recibir píos o tweets hasta la comodidad de sus nidos, gracias a que por alguna razón han sido numerados muchos de árboles en nuestra ciudad, así pues el remitente tendria que poner una dirección más o menos similar a la siguiente:

Árbol # 7 de la calle «Cualquiera» entre «La de allá» hacia «Aquella otra» (no entre «Aquella otra» hacia «La de allá»).

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Metro busco amor de Los Lagartos

Volviendo al recorrido musical en Metro, esta vez le toca a una de mis favoritas, incluida en el disco Pelotas que Los Lagartos grabaron en 1996, si buscan en la Wikipedia no encontrarán nada más que una referencia de este grupo en el artículo Culebra Records pero si entran a YouTube pueden ver el video de este clásico incluso en HQ.

Voy a subirme al metro
a ver si así me vuelvo a enamorar
voy a subirme al metro
a ver si de ti me puedo olvidar
y de tu amor
y tu maldita indecisión
corazón
y del amor
que hubo en la máxima expresión del dolor

Hey!

Voy a subirme al metro
a ver si así te puedo arrancar de mí
porque entre tanta gente
sé que mil historias voy a inventar
para olvidar
a tu sonrisa y su luz (oh, su luz)
y a tus ojos
el negro brillo de tus ojos

Hoy en el metro busco amor
hoy en el metro busco amor
lo que el suicida se perdió

Voy a subirme al metro
a ver si así te puedo arrancar de mí
Porque entre tanta gente
sé que mil historias voy a inventar
para olvidar
a tu sonrisa y su luz (oh, su luz)
y a tus ojos
el negro brillo de tus ojos

Hoy en el metro busco amor
hoy en el metro busco amor
hoy en el metro busco amor, amor, amor, amor, amor
hoy en el metro empiezo a buscar amor
si no el suicida seré yo

Amor, hoy en el metro busco amor
hoy en el metro busco amor,
amor, amor, amor, amor
hoy en el metro empiezo a buscar
a una chavita que esté muy rica
que esté muy rica sí, que sepa bien
hay gorditas y flaquitas, morenitas,
chaparritas, y güeritas, y punketas,
hippiositas y darketas, fresitas, de todo hay
en el metro del Señor,
amor, amor, amor, amor, amor
a toda hora y en todo lugar
desde le Toreo hasta Taxqueña
de Indios Verdes a Universidad
en Guerrero, en Tlaltelolco, en Insurgentes,
Pino Suárez, Auditorio, Nativitas,
Camarones y Tepepan…
Tepepan
me gustan más…
en Tepepan…

Ay! hay amor.

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Fuente de Mercurio

Esta fuente de Mercurio atribuido a Juan de Bolonia, es una copia del original que se encuentra en el Museo del Bargello de Florencia, además existe una réplica en el Museo del Louvre.

Este escultor francés, que trabajó en la Italia de finales del Renacimiento, y cuyo nombre es Jean Boulogne nació en Douai en 1529, hacia 1550 se traslado a Italia y tras una estancia de dos años en Roma se estableció en Florencia donde contactó a Miguel Ángel, conocido en ese país como Giovanni Da Bologna o Giambologna, murió en Florencia en 1608.

Su Mercurio Volador, estatua de bronce del dios mitológico fue realizado en 1564, posado sobre un pie y soportado por un céfiro, porta su báculo de serpientes y esta representado a la usanza clásica con alas o talares en las sandalias y yelmo.

Cabe señalar que nuestra Alameda Central existe desde enero de 1592.

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Abandonar con donaire las cosas de la juventud

Acata dosilmente el consejo de los años
abandonando con donaire las cosas de la juventud.

De esa manera Desiderata nos da uno de varios consejos para orientarnos en nuestra búsqueda de la felicidad, a mis 40 años esto no me hace muy feliz, sobre todo sabiendo que mientras escribo esto, U2 esta tocando en el Estadio Azteca y yo, no hice todo lo posible por estar ahí.

Hace 19 años, un día entre semana llegue a la taquilla del Palacio de los Deportes, no había nadie, y compre mi boleto para ver a U2, fue algo muy sencillo, era la época del Achtung Baby, la gira del Zoo TV, recién habían iniciado los grandes conciertos internacionales en la ciudad, fue maravilloso, aun no había celulares, todos estábamos concentrados en disfrutar el concierto y no en hacer un video que en ese momento nos distraería.

En el 97 no tuve tanta suerte, era el PopMart Tour en el Foro Sol y tuve que intentar comprar un boleto de reventa, mi táctica fue averiguar en cuanto andaban para luego regatear, mi estrategia, como diría Mario Benedetti, era esperar hasta el ultimo momento, justo cuando fuera iniciar el concierto y entonces ofrecer menos de lo que pedían, suponía que preferirían ganarle algo a quedarse con los boletos; quienes conozcan el Foro Sol saben que tiene dos acceso, uno saliendo del metro y el segundo del otro lado, en fin, cuando inicio el concierto yo me encontraba entre ambas entradas, dirigiéndome a la otra, corrí pero al llegar ya no había ni un revendedor, me regrese a la principal y tampoco, supongo que todos se metieron a ver a U2, sin embargo no me resigne, camine y note que un policía estaba dejando entrar a algunos a unas canchas de fútbol que están en el área por tan sólo veinte pesos, mientras que otro permitía el acceso a unas gradas por la misma cantidad, se escuchaba perfectamente y se alcanzaba a ver gran parte de la gigantesca pantalla que traían para su show, despues pude disfrutar el concierto ya que el de ese día fue el que salio en VHS.

En el 2006 se agotaron todos los boletos para su Vertigo Tour en el Estadio Azteca, así que no me quise arriesgar y compre mi boleto de reventa el día del concierto sólo que a la primera, con la preocupación de que fuera falsificado, afortunadamente no lo fue, y ahí estaba, en la cancha del Estadio Azteca esperando a U2, luego disfrutando a U2 y finalmente saliendo orgulloso de haber estado en un concierto de U2, en aquel entonces tenia un celular muy básico que sólo tomaba fotos VGA, así que no me distrajo tanto.

Por si las dudas tenia listo esta vez mi Xperia X10 Mini con cámara de 5 Megapixeles para tomar fotos y video, demasiada distracción; no me tocaba estar ahí, ni modo.

Al menos puedo ver los video que subieron a YouTube de estos tres concierto del U2 360° Tour en el Estadio Azteca.

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El Metro de Café Tacvba

Si existe un elemento indispensable en nuestra ciudad que ha sido en varias ocasiones retratado musicalmente por varios artistas, ese es el Metro, y este es un muy conocido ejemplo que apareció en Re de 1994, el segundo trabajo de Café Tacvba, los hijos pródigos de Ciudad Satelite.

Y no lo olviden «Antes de entrar permita salir».

(Llega el Metro a la estación, se abren las puertas, la gente entra, se escucha el aviso del cierre de puertas, de inmediato se cierran…)

Me metí en un vagón del Metro y no he podido salir de aquí,
llevo más de 3 o 4 meses viviendo acá en el subsuelo, en el metro,
Zocalo, Hidalgo, Chabacano he cruzado un millón de veces,
he querido salir por la puerta pero siempre hay alguien que empuja, para adentro.

Y cuando en las noches pienso yo en ti,
sé que tú te acuerdas de mi,
pero aquí atrapado en este vagón,
no sé si volveré a salir.

Como pastillas, paletones, chocolates, chicles y salvavidas,
tengo ya 6 juegos de agujas, 8 cuters, y encendedores, de sobra,
creo que me ha crecido ya el pelo con la barba y las arrugas,
no sé cuando es de día y de noche, no sé si llevo 100 años aquí dentro.

Y cuando en las noches pienso yo en ti,
sé que tú te acuerdas de mi,
pero aquí atrapado en este vagón,
no sé si volveré a salir.

Y hay veces que te empiezo a extrañar,
y me dan ganas de llorar,
pues tu cara no puedo recordar,
y no sé si te vuelva a besar.

Tururu…

tururu…

tururu.

(Después del cierre de las puertas el metro comienza a avanzar mientras la gente que descendió de los vagones se dirige a la salida).

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