Todos, estoy seguro, tenemos nuestros lugares favoritos dónde disfrutamos estar las horas, muchas veces solos, donde nos damos un momento para pensar sobre nuestras vidas o simplemente para contemplar el entorno, en mis años de juventud y al vivir cerca de Chapultepec me gustaba perderme por sus caminos, sentarme un ratito por ahí y quedarme largos momentos.
Nuestro Zócalo también tiene su encanto, en especial esos días entre semana cuando a pesar de tanta gente, hay menos que en fin de semana, en especial cuando el atardecer hace relucir las joyas de nuestro Centro Histórico, Catedral y Palacio Nacional, en especial cuando aprendemos a sentir aprecio por todas esas maravillas que fueron concebidas muchas de ellas con las mismas piedras de aquel mítico Tenochtitlan.
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