En este lugar existió desde el siglo XVII una fuente ochavada, que según narra el doctor Isidro de Sariñana en 1666, estaba rematada por un caballo de bronce; en 1777, Juan de Viera aclara que en realidad se trataba de un Pegaso, el caballo alado de Apolo. Nuestro país, en una temprana vocación de cultura universal, fue muy adicto a los lenguajes mitológicos y se piensa que en este caso se aludía a los gobernantes, para que emplearan en sus tareas las virtudes -prudencia, inteligencia y valor- con que Perseo venció a la Gorgona -el mal-, de cuya sangre nace y se eleva a las alturas Pegaso.
No se ha encontrado ninguna información para conocer las características de aquella fuente; se sabe solamente que era de mármol y ochavada. Esta fuente por lo tanto, simplemente recuerda aquella y se restituye como elemento de la composición arquitectónica de este patio.
Lo anterior se puede leer en una placa al pie de la fuente en el patio central de Palacio Nacional.
La Wikipedia lo explica de una manera más sencilla… «Pegaso representa tres virtudes: el valor, la prudencia y la inteligencia ya que Perseo al decidirse a enfrentar a la Medusa fue valiente, al decidir no mirarla de frente fue prudente y al hacerlo a través del reflejo en su escudo fue inteligente. Se considera que estas tres virtudes deben formar parte del carácter de quien ocupe este palacio para gobernar al país».
Considero importante incluir las medidas y características de la fuente, así como el material de la misma. En que año fué construída y comentarios relacionados con su funcionamiento de agua.
Desafortunadamente hay muchas fuentes y esculturas en nuestra ciudad de las que no se saben datos básicos como su autor y fecha en fueron concebidas, en algunos casos ni el nombre siquiera se conoce por carecer de una placa que lo indique, un ejemplo son las fuentes de la Ciudadela.
Sin embargo, más importante que la información de estas obras de arte, que como mencioné no siempre están accesibles, son las obras en sí, solemos pasar junto a ellas muchas veces sin percatarnos de su presencia, tal vez no sepamos nada de ellas pero no por eso ignoraremos su belleza.
Me tope con la información siguiente: dice, «el autor de la Escultura caballo Pegaso Humberto Oropeza y Ojeda en 1975, localizada en la fuente del patio central del palacio Nacional México DF.»
Gracias por compartir!