Autor del Ensayo político sobre el reino de la Nueva España entre otras obras sobre México, llegó el 12 de abril de 1803 a la capital de la Nueva España, descifró la Piedra del Sol y realizó varias excursiones en los alrededores, a él se le atribuye la frase que denomina a nuestra ciudad de aquellos días como «La Ciudad de los Palacios» que en realidad le pertenece a Charles Joseph La Trobe.
Esta escultura de la nación mexicana a Alejandro de Humboldt, benemérito de la patria, fue realizada por el escultor nacido en la Ciudad de México, Antonio Castellanos Basich.
Humboldt es también quien despertó y acrecentó la codicia de los norteamericanos por nuestro territorio y su inmensa riqueza. La imagen de México como cuerno de la abundancia, se la debemos a él. En su recorrido por América del Sur, el Virreinato del Perú no lo dejó entrar, por lo que pudo permanecer relativamente a salvo de las fauces expansionistas norteamericanas.
Hay que notar, en descargo del científico alemán, que viene imbuido de las ideas ilustradas, tanto en ciencia como en política, por lo que su admiración por los Estados Unidos es total. Un gobierno equilibrado y balanceado en tres poderes, según la razón. Pensaba que sería la era de la dominación de la razón, la luz de la razón.
Felicidades por el blog. También me uno a la Vida de Peatón.
Saludos
Buen punto de vista, gracias por tu comentario.