Síndico del Ayuntamiento de la ciudad de México, precursor de la Independencia, ofrendo la vida para sostener el principio de que la soberanía de la nación radica en el pueblo.
Eso nos explica la placa bajo la escultura en bronce de Primo de Verdad en una plaza del Centro Histórico que se encuentra justo frente al Museo de la Ciudad de México y muy cerca del Templo de Jesus.
La historia nos dice que en 1808, Francisco Primo de Verdad propuso en la sesión del 14 de agosto la creación de la Junta de México, organismo de gobierno que se encargaría de dirigir la administración pública, fue apoyado por Juan Francisco Azcárate y Lezama, otro regidor de la capital, ambos sustentaban su argumentación en el ideal de que la soberanía debía de residir en el pueblo, las ideas liberales de Primo de Verdad y Azcárate fueron inmediatamente rechazadas por la mayoría de los presentes en aquella sesión de cabildo y el inquisidor Bernardo Prado y Ovejero argumentando que las ideas de la soberanía popular por encima del derecho divino concedido a los reyes, eran contrarias a las enseñanzas de la Iglesia Católica, así que tachó de hereje a Primo de Verdad.
Posteriormente al ser considerados líderes intelectuales de los criollos ilustrados, fueron arrestados, Primo de Verdad fue encerrado en las celdas del arzobispado de México y el 4 de octubre lo encontraron ahorcado bajo extrañas circunstancias, sin embargo se dice que en realidad fue victima de envenenamiento.
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